El Observatorio Clandestino

Ha estado mi hermano escribiendo toda la vida, y se ha hecho escritor a los setenta tacos, nos ha parecido bien, más vale tarde que nunca. Sigamos.

Lo bueno es que la musa sigue estando a su lado, aunque a veces se largue en algún paseo que cuando llega no cuenta; pateando la ciudad, dejando correr la mirada por el campo, añorando el mar y cuidándose de la resaca de sus mareas.

Poco a poco se ha ido llenando el cofre de papeles tirados. "Y un dí­a que se olvidó cerrarlo, viene un viento y se lo lleva".

Milagrosamente, se fueron colocando uno tras otro, enumerándose mientras volaban. La casualidad existe y si esta es la excepción que confirma su regla, no me queda más remedio que decir: "ha sido una excepción cojonuda".

Por fin ya nos está contando algo: es un viaje en el que él quiere que le acompañemos para nuestra distracción. Le esperamos como agua de mayo que caerá bajo la nube, refrescando los distintos tiempos que nos rodean.

     Su hermano H.H.